![Claude Cazals Millésime 2015](https://www.premiumgrandscrus.com/6632-home_default/claude-cazals-millesime-2015.jpg?t=1)
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El Château d'Armailhac es uno de los dominios más famosos de la denominación Pauillac. Perteneciente a la familia d'Armailhacq desde el siglo XVIII, recibió el título de Quinto Grand Cru Classé en la célebre clasificación de los vinos de Médoc para la Exposición Universal de París.
En 1933 fue adquirido por el Barón Philippe de Rothschild, quien lo bautizó con el nombre de "Mouton-Baron-Philippe". En 1975, cuando su hija la Baronesa Philippine se hizo cargo de su gestión, pasó a llamarse "Mouton-Baronne-Philippe". Finalmente, ella decidió devolverle su identidad, bautizándolo definitivamente como Château d'Armailhac en 1991.
Situado sobre suelos de grava y arcillo-calcáreos, su viñedo abarca 76 hectáreas de viñedo, de las cuales el 55% son de Cabernet Sauvignon, el 35% de Merlot, el 8% de Cabernet franc y el 2% de Petit Verdot. Los vinos envejecen durante 18 meses en barricas de roble francés, de las cuales el 50% son nuevas.
El Château d'Armailhac es un vino que combina potencia y refinamiento, complejidad y elegancia, con una bella expresión aromática típica de Pauillac.
El clima suave y seco se impuso desde el inicio de 2022.
Durante todo el ciclo vegetativo de la vid predominó una abundante insolación, acompañada de varias olas de calor.
Las precipitaciones fueron escasas desde la primavera hasta el final de la vendimia, aunque los chubascos de abril y una racha de fuertes lluvias en junio regeneraron las reservas de agua en el suelo.
Las cepas supieron aprovechar sus profundas raíces para regular su aporte hídrico y mostraron una gran capacidad de adaptación a los excepcionales patrones climáticos de la añada.
En estas condiciones de calor y sequía, la floración se produjo 10 días antes de la media: aunque rápida, fue perfectamente uniforme.
El adelanto del ciclo vegetativo continuó hasta la vendimia, ya que las uvas maduraron de forma constante en condiciones ideales.
La vendimia comenzó a principios de septiembre y se prolongó hasta finales de mes, con una cosecha en perfecto estado sanitario.
Aunque el clima caluroso hizo que las uvas fueran más bien pequeñas, ofrecieron un grado de concentración y equilibrio pocas veces encontrado.
Esa cualidad se confirmó en la cata, ya que los vinos revelaron una riqueza increíble sin perder ni un ápice de su suprema elegancia ni la intensa expresión de su terruño autóctono.
La vendimia se inició a principios de septiembre y continuó hasta finales de mes, con una cosecha en perfecto estado sanitario